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El Cantinero del pueblo

“La Cantina de Chucho” cerró después de más de 70 años de servicio en la Cabecera Municipal de El Salto
El Cantinero del pueblo

A sus 72 años, Jesús Javier Hernández es el cantinero más antiguo en el municipio quien recientemente cerró la cantina que su padre iniciara allá por el año de 1942. Más de 70 años llegaron a su fin.

Una tarde no fue suficiente para que “Chucho” compartiera todas los recuerdos de la esquina de las calles Gómez Farías y 5 de Mayo que prácticamente lo vio nacer. Ahora está en el retiro obligado por un accidente que vino a mermar su calidad de vida y obligarlo a dejar lo único que hizo desde que tiene memoria: ser cantinero.

“La cantina tuvo tres etapas, en la primera inicia con mi papá en 1942 y cuando yo empecé a trabajar venían todos los viejos que se acabaron y luego vinieron otros, yo trabajé la cantina todas sus etapas”, recuerda “Chucho”.

No es común que un cantinero reciba muestras de cariño y agradecimientos de la gente pero Chucho es la excepción, mientras camina con su andadera por El Salto la gente lo reconoce y se detiene a saludarlo lo cual es un indicador de la popularidad de este personaje.

Cuando platica sus aventuras de la cantina que originalmente llevó el nombre de “Regis” evoca un pueblo que ya no existe, mientras la nostalgia es la tónica de la conversación y el anhelo por lo que se fue, “toda la vida he vivido de la cantina, es por eso que a mí me pesó mucho dejar de trabajar”

Un accidente automovilístico en 1994 lo marginó de la cantina para dar prioridad a su salud, 16 días en el hospital, 3 meses al cuidado de su mamá y 9 meses en una silla de ruedas fue el saldo de aquel accidente mientras su amigo Chuche y Memo se hacían cargo del negocio.

Javier nunca volvió a ser el mismo pero eso no lo detuvo para regresar y tomar las riendas de su cantina pero en los dos últimos años el fantasma de la secuela de aquel accidente iba creciendo hasta que finalmente fue insostenible después de tres operaciones y por recomendación de su hermano quien es médico, tuvo que dejar de trabajar ya que el fémur derecho nunca termino por recuperarse del todo.

“Me costaba trabajo deshacerme del negocio y estaba con la ilusión de que mi hijo continuara pero él se acabó el negocio tres veces, yo le daba vueltas a la cabeza y no sabía qué hacer, vi que iba a tener problemas con mi hijo y mejor le puse letrero al negocio y lo renté”

Chucho se pone sentimental, la voz palidece al tiempo que las lágrimas brotan con espontaneidad de sus ojos cuando se le pregunta cómo se visualizaba de viejo en su cantina.

“Es muy difícil, yo me visualizaba trabajando por eso yo no me hacía el ánimo a dejar de trabajar, es mi vida ahí estuve toda la vida, me gustó, me gustaba y ahí quería estar y yo nunca en la vida creía estarme en la casa solo viendo sin hacer nada, ahí tuve momentos felices y el momento más triste es cuando deje de ir y cerré mi cantina pero me tuve que hacer el ánimo a dejar de trabajar. Yo veía como mi hija y mi esposa se preocupaban por mi ellas me apoyaron”.

A pregunta expresa sobre sus sentimientos con respecto a la posibilidad de que la cantina ha llegado a su fin, su rostro se hunde en una expresión de profunda tristeza, su voz casi inentendible por el sollozo dibujan un escenario que es imposible no conmoverse al verlo llorar, pasan algunos segundos antes de recuperar el aliento mientras se limpia las lágrimas y enfoca su mirada en un punto lejano como queriendo esconder el dolor que le provoca haber dejado el negocio que fue su vida.

“La maduré (la idea) cuando me dijo el médico que traía mi fémur quebrado y yo sabía que estaba causando muchas complicaciones mi pierna y yo la sentía suelta … llega un momento que uno se tiene que hacer la idea por la familia. Mi último día ahí me senté en una silla, me salí y me fui, abrí la mampara y me empecé asolear y dije es todo haz lo que tengas que hacer, de que duele, duele y es un trauma personal y para la familia”

Su salud fue el único problema por el que tuvo que dejar la cantina y obligarlo a rentar el espacio que, desde que arrancó el 2018, alberga un almacén de ropa.

El cambio generacional fue la constante que Chucho vio en su negocio pero siempre estuvo en el gusto del público, “yo viví ese cambio con mi papá cuando él sentado en un equipal me preguntaba cuando entraba un joven ¿de quien es hijo este muchacho?, con los años a mí me pasó lo mismo ahora era yo quien les preguntaba de quien eran hijos”

Las historias de Chucho son inagotables políticos y deportistas locales fueron clientes que en más de una ocasión visitaron “La Cantina de Chucho” para degustar sus botanas y bebidas “Aquí caían los viejos de Las Pintas, de los ranchos. Joel González aquí llego a venir cuando andaba iniciando en la política junto con Vicente el Delegado de Las Pintas, pero aquí vinieron todos los políticos”

“Tu como cantinero te haces psicólogo, médico, consejero vives un chingo de etapas pero es lindo, es bonito platicar y mayormente cuando le gusta a uno vives y se vive, siempre les recomendé que ‘si tomas y te la curas come, porque si no comes sigues tomando”

Chucho también platica que deportistas también lo visitaron, recuerda al Pajarito Cortés y al boxeador Mantequilla Nápoles “El mantequilla Nápoles aquí llego a vender alfombras después de haber sido boxeador famosos ya derrotado”

Presume de tener una receta secreta para curar la cruda, La Piedra es una bebida que lo hizo famoso junto con la botana de carne seca que prepara su esposa pero que no comparte con nadie el ingrediente secreto.

ÍCONO...En los cruces de Gómez Farías y 5 de Mayo en la Cabecera Municipal de El Salto, es el lugar donde se ubicaba la cantina, que hoy es una tienda de ropa.

FRASES

“Tu como cantinero te haces psicólogo, médico, consejero vives un chingo de etapas pero es lindo, es bonito platicar y mayormente cuando le gusta a uno vives y se vive, siempre les recomendé que si tomas y te la curas come por que si no comes sigues tomando”

“Mi último día ahí (en la cantina) me senté en una silla, me salí y me fui, abrí la mampara y me empecé asolear y dije es todo haz lo que tengas que hacer, de que duele, duele y es un trauma personal y para la familia”

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