Ahogados en problemas

Cuando en 2008 el niño Miguel Ángel López Rocha murió, presumiblemente a causa de accidentalmente tragar agua del Río Santiago, el Fraccionamiento La Azucena, en El Salto, fue noticia a nivel nacional y desnudó algunos de los problemas que trae el construir casas en zonas vulnerables.

 

A ochos años de distancia, esta zona no paró su crecimiento, por el contrario, se duplicó el número de casas y de pobladores, y los problemas lejos de resolverse, se acrecentaron.

 

Gran parte de los habitantes de este complejo residencial, ubicado muy cerca de la cabecera municipal, sufren durante el temporal de lluvias de inundaciones y cuarteaduras en sus casas, pero además, a diario se enfrentan a la falta de agua potable, inseguridad, calles en pésimas condiciones, problemas vinculados con la drogadicción, falta de transporte público, ausencia de alumbrado público….

 

“Yo rentaba casa en Oblatos y a mi esposo el Infonavit le ofreció casa aquí y por la cercanía a su trabajo nos venimos, pero ha sido una pesadilla, nunca imaginé que esto se iba a poner así de feo, pero ya nos endeudamos con la casa y la queremos vender, pero nadie la compra”, cuenta Magaly Rosales, mientras saca de su casa el agua que brotó de las cañerías después de una fuerte tormenta.

 

Así como a Magaly, el sueño y la alegría de una vivienda nueva se desvaneció pronto para los habitantes de esta zona, que es una de las mas conflictivas de todo el municipio de El Salto.

 

Angélica Guzmán vive en La Azucena, es licenciada en Comunicación Pública e investigadora de la problemática que existe en su colonia.

 

“Las personas sufren de muchos males de salud, se enferman con frecuencia por la cercanía a los tóxicos del Río Santiago. Las condiciones de los servicios públicos son deprimentes, el agua falta demasiado, lo que ocasiona que muchos acudan a comprar garrafones rellenados que ni siquiera saben bien de dónde proviene el agua. No hay un buen servicio de luminarias, por lo que el vandalismo está a tope, hay mucho vago, mucha delincuencia y casi en toda la zona de abajo del fraccionamiento hay drogadictos y borrachos”, cuenta Angélica.

 

“La gente vive con lo que tiene y puede conseguir, es gente humilde que cayó en la mentira de un Gobierno y constructoras que se aprovecharon de su necesidad, vendieron casas a bajo costo, que a largo plazo, les ha costado más de lo que hubieran imaginado”, recalca la investigadora.

 

DE MAL EN PEOR…El Fraccionamiento La Azucena sufre de inundaciones en cada temporal de lluvias.

 

 

Sabían de riesgos

 

La empresa constructora del Fraccionamiento La Azucena, en El Salto, sabía que era “potencialmente” riesgoso a inundaciones y aún así, la inmobiliaria siguió vendiendo fincas.

 

Esta advertencia se desprende de uno de los tres estudios contratados a la compañía tapatía Geoex por la inmobiliaria SARE-HIR, donde se concluye que “existe riesgo de inundación” en este predio, por los altos escurrimientos de agua durante el temporal de lluvias.

 

De acuerdo con el estudio denominado “Hidrológico Superficial de la Microcuenca San Martín-La Cruz, desarrollo habitacional La Azucena”, realizado en noviembre de 2003 por Geoex, se revela que en la propia cuenca del fraccionamiento se pueden llegar a generar, en caso de una precipitación extraordinaria, 314 mil 294 metros cúbicos de escurrimientos en un solo día, mientras que el complejo habitacional posee tres vasos reguladores de captación de aguas pluviales, con apenas una capacidad total de 22 mil metros cúbicos.

 

Esto significa que la capacidad de almacenamiento es 14 veces menor a la advertida por el diagnóstico, que inclusive subraya que estas lagunas reguladoras se rebasarían, en una fuerte precipitación, en tan sólo 40 minutos.

 

Antes de convertirse en zona habitacional, La Azucena era un sitio de siembra y en temporal de lluvias, una parte su cubría de agua e incluso hasta se podían atrapar algunos peces.

 

Según Diego Díaz, quien fue regidor por el PRD en el trienio del presidente Jesús Romo Huerta (1998-2000), fue en esa administración en la que se autorizó el cambio de uso de suelo y se otorgaron las licencias para su urbanización.

 

“Fue a finales de el 2000 y lo realizó Romo y sus regidores a petición de Mateo, que fungía como director de obras públicas”, afirma Diego Díaz, quien asegura que votó en contra en la sesión de cabildo, cuando se autorizó.

 

¿OMISIÓN?...El Ayuntamiento de El Salto publicó este anuncio en el periódico El Informador.

 

 

“Ni siquiera sabíamos que había río”

 

Muchos habitantes del Fraccionamiento La Azucena se sienten engañados por la empresa que les vendió las casas.

 

“Ni siquiera sabíamos que había río, venimos para acá por la economía de las casas, de primero no se inundaba, pero cuando comenzaron a construir más casas, se comenzó a inundar”, expresó Rosa Mejía.

 

“Yo vivía en Guadalajara, aquí compré, desgraciadamente no nos dijeron que estábamos debajo de un río, uno viene para acá, queriendo vivir tranquilo", dijo Carolina Fuentes.

Según cuentan algunos vecinos, cuando llegaron a La Azucena a conocer las casas, la Fraccionadora tapó con lonas negras la parte por donde pasa el Río Santiago, uno de los más contaminados de México.

 

“Cuando venimos, estaba tapado con un plástico negro y no dejaban pasar a nadie para allá, aquí nos trajeron desgraciadamente engañados", afirma Silvia López.

Otra constante en el fraccionamiento es que los vecinos, hartos de las deficiencias, deciden abandonar las casas, o quien compró como inversión con la idea de rentar, ha visto muy complicado el retorno de su dinero.

“No podíamos estar ahí, de plano, preferirnos regresarnos a rentar y nuestra casa ahí está sola y la delincuencia ya nos ha robado tinacos, tuberías...todo”, comenta

 

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