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Esperanza en un lugar de degradación

En la Delegación de La Huizachera en El Salto se ubica el Jardín de la Esperanza, un proyecto de huertos urbanos emprendido por cinco mujeres que ya es ejemplo en aprovechamiento de agua e infraestructura sustentable
Esperanza en un lugar de degradación

A 900 metros del espumoso canal El Ahogado y rodeado de humeantes hornos ladrilleros que con sólo unas horas de contacto arde la garganta, se ubica el Jardín de la Esperanza, en La Huizachera, en El Salto. Es un proyecto de huertos urbanos emprendido por cinco mujeres que ya es ejemplo en aprovechamiento de agua e infraestructura sustentable, y que en su entorno inmediato ha logrado lo que ningún gobierno: mejorar la calidad de vida de los vecinos.

En esa colonia donde está documentado uno de los peores niveles de contaminación dentro de la cuenca de El Ahogado y al que se atribuye por lo menos las enfermedades gastrointestinales de la población, las cinco mujeres se apropiaron de un terreno en abandono y lo trabajaron, mejoraron el suelo y lo prepararon para dar frutos. A seis años de distancia, es la fuente de alimentos de su familia y de otros vecinos que ya se han sumado a trabajar y a cosechar desde chiles de árbol hasta maíz.

“Nosotras empezamos este grupo porque nos pusimos a reflexionar sobre qué le duele a la colonia, le duele que hay mucho vandalismo, mucha drogadicción, mucho asesinato, violaciones, enfermedades, entonces nosotros empezamos a organizarnos con proyectos sustentables porque un problema muy grave es la falta de agua, antes caía (a la red) una vez a la semana y entonces empezamos a implementar baños secos en la colonia”, contó Enriqueta Hernández Velázquez, una de las impulsoras del jardín.

“Empezamos con este jardín para ayudarle a la comunidad a que coman mejor y ya no se enfermen tanto, le quisimos poner De la Esperanza porque es lo que queremos, sembrar esa semillita en cada casa, que se interesen, que vean que es bonito y que continúe. Somos un grupo de mujeres que quiso hacer esto por la comunidad, ya sabemos hacer varias cosas además de sembrar huertos y estamos dispuestas a compartir a quien nos lo pida”, añadió.

En el jardín, además de los vegetales y flores sembrados con su respectivo sistema de riego por goteo, hay una cisterna casera que se está equipando para recibir agua de las lluvias, un baño seco que se utiliza como una modalidad para erradicar el agua en las descargas comunes que demanda este servicio y finalmente una casa de herramientas, que elaboraron en bajarete, una técnica de tejido reforzado con tierra y agua que es fresco y resistente.

Punto de reunión

Además, el lugar se ha convertido en un punto de encuentro. El fin de semana fue sede de un foro local en el que se dieron pláticas a los vecinos interesados en producir en casa sus propios alimentos y en tener prácticas más sustentables, como por ejemplo captar agua de lluvia para los usos de la casa.

“Es posible otra forma de relación con la naturaleza y con proyectos de vida. Esta zona está muy afectada por la contaminación, la pobreza, la violencia, entonces procesos pequeñitos como estos intentan dar cuenta de que es posible recuperar la vida, sanar la tierra y mejorar la comunidad. Se comprueba que a pesar de que aquí hay un desastre ambiental, la tierra responde, se regenera y en lo pequeño hay otras formas de salir adelante”, agregó en entrevista María González Valencia, integrante del Instituto Mexicano de Desarrollo Comunitario (Imdec), que las ha apoyado desde el inicio.

Entre las calles de tierra, predios que fungen como tiraderos de escombro y basura, ladrilleras que no permiten respirar aire limpio y un canal de aguas negras e industriales sin mínimas condiciones de seguridad para los vecinos, encuentran en el Jardín de la Esperanza un espacio colorido y sustentable para convivir, trabajar y alimentarse de manera barata y sana.

¿Dónde está?

El jardín de la Esperanza se encuentra en la calle Belisario Domínguez sin número, en La Huizachera, en El Salto, en el que sus impulsoras están dispuestas a compartir sus conocimientos en huertos urbanos y proyectos sustentables

“Empezamos con este jardín para ayudarle a la comunidad a que coman mejor y ya no se enfermen tanto”

Enriqueta Hernández, impulsora del jardín

 Créditos nota: VIOLETA MELENDEZ / NTR GUADALAJARA

 

INSPIRACIÓN...El Jardín de la Esperanza es la fuente de alimentos de familias que ya se han sumado a trabajar y a cosechar desde chiles de árbol hasta maíz.

 

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