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Peces en el Río

Mientras enfrentamos mundialmente la crisis por el Covid 19, aquí en Juanacatlán y El Salto los niños y jóvenes siguen enfermando día a día, bajo la doble amenaza que es vivir expuestos a la excesiva contaminación del corredor industrial de El Salto
Peces en el Río

“Cómo sobrevivir en el río más contaminado de México”, leí hoy en la mañana, un documental más sobre la desgarradora historia de nuestro río Santiago. Trágicos todos los comentarios sobre el tema, pero lo más triste de todo esto es cómo no morir en el intento por salvarlo, y entonces, se me viene a la mente el rostro de Sofía Enciso, una mujer fuerte, pero también una de las más sensibles que conozco, sus historias, la de su familia; ella impulsada por su madre, la bióloga y maestra en salud ambiental Graciela González y por su padre Enrique Enciso, creció buscando salvar a nuestro amado río Santiago, Sofía, ha resistido todas las batallas, ella junto con su esposo Alan y muchos otros activistas y habitantes del territorio, hoy, encontramos formas de organizarnos y compartir la lucha.

Y la llamamos lucha porque lo es. Nadar contra corriente sugiere cansancio en el camino. Pero también es movimiento, cambio de dirección y si te encuentras con otros peces haciendo lo mismo, la corriente no se hace tan pesada. Y así andamos, nadando como peces, a veces moribundos, a veces muy cansados, otros muy frescos y vigorosos, otros de nosotros tristes y deprimidos, pero siempre atentos, siempre dispuestos y vigilantes, haciendo lo posible por visibilizar, pero también por crear propuestas y estrategias para conseguir el objetivo. Quizás los objetivos, porque son muchos y cada uno tiene su encomienda, somos todas y todos los pueblos de la cuenca del río Santiago quienes morimos con él. Es triste, es alarmante y es la verdad. 

Mientras enfrentamos mundialmente la crisis por el Covid 19, aquí en Juanacatlán y El Salto los niños y jóvenes siguen enfermando día a día, bajo la doble amenaza que es vivir expuestos a la excesiva contaminación del corredor industrial de El Salto. Por un lado, están los empresarios e industriales y por otro lado los gobiernos. Nosotros al centro, nuestros pueblos, el territorio del río Santiago es el epicentro de la crisis ambiental y de salud que vivimos desde hace 40 años. 

Usted se preguntará ¿por qué no se hace algo definitivo para solucionar este problema?, para responder esta pregunta voy a citar al actual gobernador de Jalisco Enrique Alfaro, cuando le pregunté lo mismo en el famoso “macro tour” al río Santiago, él me comentó: “los resultados de esto se verán en años”, hablando él de las P.T.A.R (plantas tratadoras de aguas residuales) y es que esto, desafortunadamente, no es la solución a nuestro problema, estas plantas no limpian el agua de los metales pesados, después de mi intervención, me dijo: “las descargas industriales son competencia del gobierno federal”, sí, pero es competencia del gobierno del estado verificar que cada empresa que se instale en Jalisco tenga su planta y trate sus residuos tóxicos, y sobre todo, no los arrojen al río. También es competencia del gobierno estatal plantear propuestas y soluciones reales al conflicto, programas para el saneamiento del río y la recuperación del territorio, legalmente consensuados y que sean genuinamente socializados con las comunidades afectadas. 

Un panorama tan triste como aterrador es el que nos ofrecen los gobiernos como respuesta. La emergencia ambiental que llevamos años pidiéndola se pierde en un sinfín de burocracia y organigramas que hay que vencer como si estuviéramos luchando por conseguir algo inaudito.

Lo que sí me parece asombroso es la apatía, la codicia y la total desfachatez en la que viven algunos personajes, que teniendo la decisión para sumar y ayudar a solucionar esta grave crisis de salud, de devastación y muerte, lo que hacen es “administrar el conflicto”, y es de verdad increíble darte cuenta de cómo personajes se han aprovechado de esta causa y siguen lucrando con el sacrificio de nuestros pueblos.

Existen varios actores que defienden esta causa, pero eso no significa que todos ellos busquen acciones reales que solucionen desde abajo, tal vez, sea el dinero o el poder el que hace que muchas de las veces, casi todas, la justicia se nos escape de las manos como el agua de nuestro río. Somos muchos peces y juntos nos hacemos más fuertes.  


Sobre la autora: Angélica Barba es habitante de Juanacatlán y activista ambiental.

*Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de La Cascada*