Contra el negocio criminal de la basura en la AMG

Históricamente, la ciudad de Guadalajara y su Área Metropolitana han expulsado sus residuos a sus periferias, donde han afectado constantemente los ecosistemas, los territorios y la salud de la población, no solo con residuos sólidos urbanos, sino también de manejo especial, peligrosos y hospitalarios que llegan clandestinamente a los sitios de disposición final mal llamados rellenos sanitarios en nuestras poblaciones. Por otro lado, los basureros, que han sido manejados sin ningún control y que ya han sido cerrados o abandonados, siguen provocando estragos en los cuerpos de agua, como son los basureros de Copalita y el Taray en Zapopan, el de Matatlán en Tonalá, así como recientemente el de Los Laureles entre Tonalá y El Salto.

La imposición de este modelo criminal en el manejo de la basura, ha sido un desastre para nuestros pueblos solo por mantener un servicio que beneficia únicamente a los habitantes y comercios de zonas exclusivas de la metrópoli y, sobre todo, a grupos de poder en los gobiernos y en empresas privadas como CAABSA, GEN o Grupo Hasar’s. Este modelo tiene estragos no sólo en nuestros ecosistemas, sino también en nuestros sistemas productivos, comunitarios, agrícolas y campesinos, así como en la salud de nuestra población, quienes nos vemos expuestos a olores nauseabundos y emisiones de compuestos orgánicos volátiles cotidianamente. Constantemente, también padecemos de los incendios que sumen a nuestras poblaciones en nubes tóxicas con dioxinas y furanos que provocan enfermedades mortales a mediano y largo plazo.

Este modelo tampoco respeta la dignidad de los trabajadores de la basura, que son los únicos que verdaderamente ayudan a que el problema no fuese aún mayor, gracias a la separación que realizan. No obstante, los gobiernos nos han confrontado como población afectada con los pepenadores a través de sus liderazgos sindicales, diciendo que queremos quitarles sus trabajos. Eso no es así. Como pueblos, hemos enunciado que nuestra lucha no es contra sus fuentes de empleo; al contrario. Para que un modelo distinto funcione, es indispensable el trabajo de los pepenadores, pero con condiciones más seguras, más dignas y más sanas, con seguridad social y todos los derechos laborales.

La mafia de la basura en la Zona Conurbada de Guadalajara, encabezada por CAABSA, quiere que este modelo persista, que siga siendo negocio el desastre, que no se separen los residuos, que no se procesen adecuadamente y que se acumulen montañas inmensas, intratables, inmanejables y con remediaciones incosteables, porque para ellos representa mayores ingresos y menores costos. Por ejemplo, CAABSA ha obligado a los ayuntamientos metropolitanos a asumir los costos de remediación de Los Laureles a pesar de haber pagado décadas por un servicio que consideraba el costo del proceso de cierre y el resto de basureros clausurados o abandonados no cuentan siquiera con dicho plan, es decir, que nadie es responsable.

Consideramos que, para que sea posible cambiar el modelo actual, habría que comenzar por descentralizar la gestión de la basura con una coordinación entre municipios que no implique delegación de sus responsabilidades a través del otorgamiento de concesiones. No debe apostarse nunca más por la construcción y operación de un modelo metropolitano homogéneo y totalizante, que siga apostando por la construcción de plantas de transferencia que reproducen la lógica insostenible de los vertederos, como está siendo en El Cielo, en la localidad de Jauja en Tonalá. Un modelo sostenible no debe apostar tampoco por construir megasitios de disposición final, que terminan siendo basureros semicontrolados, con una supuesta autorregulación únicamente de los concesionarios o de los municipios, como son los casos de Picachos y Hasar’s en Zapopan, GEN en Ixtlahuacán

o Enerwaste en Zapotlanejo. No podemos esperar que un modelo metropolitano o intermunicipal pueda controlar los residuos de la zona conurbada en grandes sitios, como quieren hacerlo aparentemente en Ixtlahuacán de los Membrillos o con la ampliación de La Cajilota en Tlajomulco, para sustituir Los Laureles en la zona sur, aún cuando quieran vendernos la idea de los centros de economía circular como pretendieron en Tala hasta que la comunidad les frenó esa farsa. CAABSA insiste con este proyecto a pesar del rotundo rechazo de la población.

En este modelo nuevo debería existir la posibilidad de que los barrios, las colonias y los pueblos que quieran autogestionar sus residuos, puedan hacerlo y los municipios deberían estar obligados a proveer de los servicios con participación de la comunidad en la toma de decisiones. Tendría que hacerse una recolección diferenciada desde los hogares con campañas masivas de separación de residuos, siempre y cuando exista la infraestructura para su tratamiento, desde camiones aptos, sitios adecuados y seguros de procesamiento, con personal capacitado y maquinaria que garantice un manejo sin riesgos para poblaciones cercanas, guardando las distancias mayores a las que marca la norma.

Queremos anunciar ante todos ustedes que como pueblos y grupos comunitarios organizados estamos juntos en esta lucha contra los malos gobiernos y contra los empresarios criminales que atentan todos los días contra nuestros territorios y contra nuestra vida. Políticos van y políticos vienen. Nosotros aquí seguimos. No somos ingenuos en pensar que el problema principal es el manejo de la basura, sino que es todo un sistema capitalista que no tiene la más mínima consideración por la vida y que el problema completo de los residuos se encuentra desde la extracción de materias primas y, sobre todo, en la producción industrial. El manejo de la basura solo es el último eslabón de una larga cadena de perjuicios y crímenes contra nuestros pueblos. Aún así, lo que exigimos es un alto total a los negocios criminales de la basura que enferman y matan.

Por todo lo anterior, exigimos:

1. El retiro definitivo de las concesiones a las empresas privadas del manejo de residuos sólidos urbanos.
2. Que se inicie la planeación de un modelo de gestión de residuos, con participación de especialistas, organizaciones dedicadas a este propósito y grupos comunitarios organizados.
3. El cierre definitivo de todos los basureros metropolitanos.
4. El cumplimiento al 100% del Plan de Cierre y Abandono de Los Laureles por parte
5. de CAABSA.
6. La vigilancia de la clausura por parte de la PROEPA del basurero clandestino en la
7. localidad de Huaxtla en El Arenal.
8. El saneamiento de los basureros abandonados de Copalita y el Taray en Zapopan.
9. La remediación integral del basurero ilegal de Matatlán para que se construya en su
10. lugar un bosque urbano comunitario.
11. La reubicación inmediata de la Planta de Transferencia Metropolitana del Oriente de
12. la zona de Jauja.
13. El cierre definitivo y el saneamiento de la planta de transferencia denominada El
14. Cielo.
15. Justicia y esclarecimiento por el asesinato de la compañera Verónica Guerrero,
16. quien encabezó la lucha contra Matatlán en 2021. 

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SOBRE EL AUTOR DEL ARTÍCULO: La Asamblea de Pueblos en Resistencia de la cuenca Chapala-Santiago está conformado por diversos colectivos ecologistas del Área Metropolitana de Guadalajara.

*Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de La Cascada*