Mujeres sin etiqueta
-Las creencias son más enemigas de la verdad que la mentira.
Hace tiempo tuve la desventura de coincidir en labores con una persona que pretendía ocupar un cargo público. Recuerdo con claridad un debate que terminó en enfrentamiento mientras hablábamos sobre los derechos de las Mujeres.
Recuerdo que su conclusión fue la siguiente.
-Aquí no tienes nada por qué pelear vete al Medio Oriente, aquí las mujeres quieren tener familias y esposos. Déjalas ser feliz con ese derecho-
Al preguntarle por la parte de las Mujeres que no soñaban con tales cosas burdamente me respondió con adjetivos misóginos. La clásica ofensa contra lo no tradicional y conservador.
Hace mucho tiempo que me queda claro que con la ignorancia no se puede tomar un café y menos un mezcal. Esa no argumenta, pero tampoco miente porque quien la expresa tiene en sus creencias verdadera certeza de que así deben ser las cosas. Este es uno de los muchos casos en los que las Mujeres somos intentadas sabotear. Continúan entonces usando los viejos principios morales para castigar a quienes se atreven a desafiar la tradición y la cultura. Se nos ha juzgado como liberales, sin saber el contexto histórico de dicha corriente, se nos intenta marginar, pintándonos una falsa imagen de pretenciosas y de poner riesgo los principios familiares y sociales. En la libertad y la independencia se encuentran las Mujeres solas, las que nadie quiere o acepta y creyendo tal cosa muchas hemos tomado caminos que no son nuestros.
No se trata de hablar tan solo de las instituciones poco eficientes que han decidido desaparecer, sino que al hablar de inclusión se evitan la categoría necesaria de los tipos de violencia, porque al igual que una enfermedad que degenera el cuerpo y no requiere de los mismos tratamientos, la violencia y la injusticia es un mal que también degenera a la sociedad.
No hemos mejorado, tampoco vemos ni equidad, ni igualdad. Vemos una sociedad que como si se tratara de un premio de consolación nos dio oportunidades limitadas. Continúan callándonos, amenazándonos, desapareciéndonos. Condicionando nuestra participación en la política, en lo profesional.
Buscamos independencia y solo cambiamos de dependencias. No ha existido una verdadera revolución en nuestros derechos.
Es tan sencillo percatarnos que al tener pocas representantes en el medio político y que algunas más fueron utilizadas como herramientas para controlar ciertos espacios. También nuestra voz y participación se encuentra limitada.
Si pudiera escribir y hablar de cada una de las propuestas y amenazas que he enfrentado por buscar oportunidades y medios para mí y el colectivo que encabezo, hablaría de los acosos y advertencias, de políticos claro más de ellos que de nadie. Porque alguna rara sed de poder tienen al controlar y poseer todo lo que parece inconquistable. Cuando aquello les es imposible viene el desprestigio, el saboteo.
y entonces uno se encuentra con adjetivos e insultos; aquello hace tiempo que a las activistas dejó de causarnos conflicto, un insulto no es nada comparado a la idea de imaginarnos tiradas en algún crucero o canal.
Lo que es alarmante es la forma tan despreciable en la que nos han aprendido a callar.
La negociación padrinos enmascarados donadores de medios para proyectos, quien pone el dinero pone la orden.
El romance una falsa seducción, que hace sentir útil, que demanda la compañía de una dama y sus ideales. Convirtiéndola en compañera manejable para hacerse cargo de ciertas actividades.
La amenaza directa o indirectamente. El chantaje para comenzar “no podrás sola” “necesitas apoyo” y si aquello no resulta entonces viene “o te alineas o se te acaba el trabajo”
Antes de mencionar el último obstáculo que como activistas enfrentamos me gustaría contarles que es desde mi trabajo con mujeres el cual he tenido la oportunidad de hacer en gran parte de la República mexicana, y trato de rescatar las experiencias más cercanas, porque es ahí dónde puedo hablar con más certeza. Sin juicio que parta de mi experiencia emocional o sentimental. Sino la necesaria para haber planteado una problemática real, objetiva, argumentada. Y por el contrario a lo que se dice de nosotras, nuestros planteamientos no son sentimentalismos personales.
LA DESAPARICIÓN
Vivimos en uno de los estados con más violencia a las Mujeres, y recuerdo entonces un mural a la entrada del zapote donde nos comparan con un caballo “los dos son para donarse” ¡Somos del dominio público! continúan creyendo que nuestra vida y libertad es mera rebeldía que puede ser domesticada y si no se puede entonces no hay utilidad, no hay derecho.
Porque como decía mi abuela
“yo creí que cumpliendo con mis obligaciones de mujer sería un tantito libre”
Mi vida como la de cualquier ser vivo es tan valiosa. Pero a las Mujeres nos matan por líos pasionales, de poder, de consumo, de control, de ego, de placer... y eso no puede ser omitido, ni ignorado.
-Qué nada nos detenga y que la indiferencia nos una, porque la libertad e independencia parece ser que seguirá dependiendo de nosotras mismas-
*Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de La Cascada.
FABIOLA SERRATOS
-Escritora y activista social en el municipio de Tlajomulco de Zúñiga y Zona Metropolitana de Guadalajara.
-Ha realizado activismo ambiental y rescate animal desde hace años Oaxaca, Yucatán y Quintana Roo.
-A los 24 años público su primera novela “Altas Pasiones”, de corte erótico con la cual tuvo oportunidad de viajar por México para realizar labores culturales y sociales.
-Ha impartido conferencias y talleres gratuitos en diferentes zonas de Tlajomulco llegando a formar 22 grupos de mujeres donde se enfoca la búsqueda de su identidad, individualidad, independencia y empoderamiento.
-Fundadora del colectivo “Mujeres Sin Etiqueta”, proyecto de apoyo a todas las Mujeres.
-Actualmente presenta su segundo libro “Diana o el Diálogo con una cualquiera”. D
Datos de contacto: Teléfono móvil: 33 1238 2151 Correo electrónico: [email protected]
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Mujeres Sin Etiqueta
Twitter: @AltasPasiones
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