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¡Ni Trump, ni Hillary Clinton!

¡Ni Trump, ni Hillary Clinton!

OPINIÓN

JESÚS TORRES NUÑO

Presidente del Consejo de Administración de Tradoc (Trabajadores Democráticos de Occidente)

 

 

El sorpresivo y categórico triunfo del ultraderechista Donald Trump, en una de las elecciones presidenciales más controvertidas de las últimas décadas en el país imperialista por excelencia, del que depende en gran medida el futuro de nuestro país, es una expresión de hartazgo de una sociedad hacia los políticos tradicionales ligados a los intereses de los grandes grupos capitalistas.

 

Basta un dato revelador: el capital financiero representado en Wall Street aportó más de 173 millones de dólares, principalmente para la candidata demócrata. Y podríamos hablar de muchos grupos más: los petroleros, los fabricantes de armas, las automotrices, etc.

 

Es por tanto un rechazo tajante a los grandes grupos empresariales, que han dominado los procesos electorales, es una clara manifestación de repudio a los drásticos planes de deportaciones de inmigrantes, de recortes a los salarios, los empleos y de salud de las grandes mayorías, aplicado desde el gobierno de Obama, lo que provocó el voto hacia un personaje tan repudiable como Trump, pero que se ubica fuera de ese control, aunque forme parte de los grandes millonarios yanquis.

 

Para nuestro país, para los millones de connacionales que se han visto obligados a emigrar a Estados Unidos, es un cubetazo de agua fría, pues si Trump cumple sus amenazas, serán deportados millones de mexicanos de Estados Unidos y se construiría el famoso muro, que según ese personaje, hoy presidente electo, pagaría nuestro país.

 

Evidentemente el hecho agravará aún más la crisis económica, política y social en nuestro país, caerá aún más el peso frente al dólar, enfrentaremos la verdadera cara del imperio, sin caretas “democráticas”.

 

Y gracias a la genial idea de Peña Nieto, de invitar al personaje de ultraderecha, dándoselas de “gran estadista”, aunque en realidad su papel haya sido desastroso, mostrando su pusilanimidad y vergonzosa debilidad, abriendo una gravísima crisis en su cuestionado gobierno, ahora estaremos aún más sujetos a los designios de los grandes capitales yanquis.

 

No es para menos, pues la estupidez de nuestro gobernante y sus flamantes “asesores”, lo ubicaron como un entreguista, ante el poder del candidato de la ultraderecha.

 

Porque Hillary Clinton tampoco era la panacea, por el contrario, al ser la candidata de los grandes capitalistas por excelencia del imperio, de los principales grupos empresariales y de Wall Street, las deportaciones seguirían y se intensificarían, las exigencias de concesiones económicas y políticas hacia los grandes capitales gringos, marcarían nuestro futuro, doblegándonos aún más.

 

Por ello este resultado de las elecciones gringas, es a todas luces una nueva promesa de mayores dificultades para nuestra castigada nación, que nos impondrá una enorme prueba, o los mexicanos y principalmente la clase trabajadora somos capaces de oponernos con fuerza a las políticas del ultraderechista gobierno de Donald Trump, rechazando a uno de sus principales aliados: nuestro propio gobierno por su vergonzosa claudicación, o sufriremos en carne propia los estragos de una política regresiva, antiinmigrante y misógina, que podría provocar una crisis sin precedentes.

 

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