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Plasma la historia

Fotografía de 1932 de la Compañía Mexicana de Aerofoto muestra el génesis de la población de El Salto
Plasma la historia

SECCIÓN: DESCUBRIENDO MI PUEBLO

La fotografía es el ingenio de retratar una escena que pretende expresar un recuerdo o evidencia. En Jalisco a mediados del siglo XIX, el uso de los aparatos fotográficos era común entre los estudios de propiedad extranjera, existiendo pocos mexicanos con este alcance tecnológico.

En 1930 nace la Compañía Mexicana Aerofoto, encargada de retratar por los aires con ayuda del tan útil avión, la transformación física del territorio mexicano. Dicha empresa realizó en sus 50 años de vida un total de 1 millón de fotografías por todo el país.

Destacan en la sección correspondiente a Jalisco, dos escenas de El Salto; una muestra el conjunto ruinoso de la planta de luz y sus molinos y otra retrata las casas de los obreros delimitadas por las tierras aun libres de la actual y desastrosa urbanidad.

En esta última toma a vista de pájaro, se observa a la fábrica de Río Grande siendo delimitada por el paso del río. Escena que es imposible de recrear por el ya desarmado de sus cubiertas de lámina. Se alza majestuosamente por un costado la gran chimenea fabricada con ladrillo refractario del que por suerte aún permanece de pie.

La vegetación se expande mediante jardines que topan con el inicio de las primeras “cuadritas” de adobe, teja y barro. Todas en su conjunto, protegidas por una enorme barda perimetral que delimitaba el territorio de la compañía con el resto de terrenos que ya no formaban parte de su propiedad.

Hacia el norte, rumbo al actual mercado municipal, se asoman las primeras casas de la Colonia Obrera de Juanacatlán; independientes de “las cuadras”, formaban un núcleo que ya no pertenecían a la fábrica pero que alojaban también a los obreros.

Esta vista de 1932 nos muestra finalmente los dos únicos caminos para llegar al pueblo, el que corresponde al tendido de vías para el ferrocarril, y el que intersecaba al norte por el antiguo camino real, en Puente Grande.

Dependiente aún de Juanacatlán, esta joya fotográfica se suma a las ya conocidas tomas que las redes sociales han permitido compartir entre la gente de la región para continuar con el objetivo clave de este arte: comunicar y preservar por medio del ojo mecánico un momento que el tiempo no podrá borrar.

HISTORIA PURA… A vista de pájaro, se observa a la fábrica de Río Grande siendo delimitada por el paso del río. Escena que es imposible de recrear por el ya desarmado de sus cubiertas de lámina. Se alza majestuosamente por un costado la gran chimenea fabricada con ladrillo refractario del que por suerte aún permanece de pie.

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