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La Revolución Obrera que impulsó la creación de un municipio

La Cascada escudriña en el movimiento separatista de 1943 en la que El Salto se formó como municipio, logrando la independencia de Juanacatlán
La Revolución Obrera que impulsó la creación de un municipio

El antropólogo peruano Jorge Durand detalla en sus diversos estudios que, las disputas y diferencias entre pueblos son parte de una tradición muy común y de carácter casi universal, en donde los conflictos entre grupos de población suelen durar años e incluso generaciones, siendo su origen de tipo político o económico.

Esta sintonía de contrariedad sigue vigente con los municipios de El Salto y Juanacatlán, cuya separación hace 80 años, según documentos oficiales, estuvo envuelta en una serie de irregularidades, donde el interés particular de algunos grupos se tomó mano para poder elevar a municipalidad la delegación de El Salto y poder verse beneficiados de ello.

El 25 de noviembre de 1943, los señores, Faustino Rosales y Lucio Alonso, representantes del “Sindicato de Trabajadores Textiles de El Salto” expusieron ante el Ejecutivo del Estado un petitorio en el que manifestaban inconformidades por la dificultad administrativa que tenía la entonces colonia obrera con la cabecera municipal de Juanacatlán, argumentando la falta de atención por parte de las autoridades del ayuntamiento y viéndose restringidos en los procesos legales y en las mejoras urbanas de la colonia.

Juanacatlán disponía de un gobierno centralista, que había dejado olvidadas a varias localidades que estaban dentro de su jurisdicción cuya distancia superaba varios kilómetros, y que además contaba con el limitante natural del paso del río Santiago. Este hecho motivó al grupo de obreros y a varios vecinos de las localidades afectadas a solicitar la segregación del municipio y la formación de uno nuevo.

Los presuntos registros atendidos por los diputados locales Francisco Arana Jiménez y Ramón Hidalgo, en donde se mencionaban constantes pugnas y hechos violentos por parte de los habitantes del centro de Juanacatlán hacia con los de la colonia obrera, fueron razón suficiente para que el gobierno del estado tomara cartas en el asunto.

Una vez enterados de los hechos ya mencionados, se nombró una comisión para el proyecto de Ley que habría de elevar al rango de Municipio a El Salto. Juanacatlán no solo perdería así más de la mitad de su superficie – caso semejante a la pérdida del territorio nacional a principios del siglo XIX-, sino que se vería afectado económicamente al no recibir más los pagos para sus gastos administrativos, solución que vendría a superar gracias a la aprobación de un aumento temporal al presupuesto que le otorgaba el Estado anualmente.

Al saberse de este movimiento “separatista”, la comunidad agraria de Juanacatlán representada por los comisariados ejidales de la Estancia de Guadalupe, la Ex -Hacienda de Zapotlanejo, Jesús María, Miraflores, El Saucillo, San José del Castillo y El Verde, manifestaron su completo desacuerdo con lo que ellos consideraban una labor antipatriótica al querer desmembrar el territorio municipal para crear un “municipio pelele”, según se lee en el Decreto 4927 para Elevar a Municipio a El Salto

Finalmente y como es obvio suponer, la presión del sindicato de obreros y su relación política con varios diputados del estado e incluso con el entonces gobernador, el General, Marcelino García Barragán, hizo que el 22 de diciembre de 1943 se expidiera el decreto número 4927 donde se aprobaba y se declaraba oficialmente a El Salto como partido autónomo de Juanacatlán, llevándose consigo varias de las localidades que a este último le habían pertenecido, y nombrando enseguida como representantes de ayuntamiento únicamente a miembros del sindicato.

El manifiesto fue celebrado por diversas sociedades civiles jaliscienses, pero la incongruencia por parte de un sector de la población obrera al no planear el desarrollo del vasto territorio que formó, hizo que en la actualidad El Salto peque de lo que en un principio criticó: el centralismo le dio prioridad a las colonias de su cabecera y apartó a las localidades que le habían apoyado a erigirse como municipio, razón por la que quizá gran parte de ellas ha perdido el sentido de identidad por su comunidad, orillándoles a formar una sociedad dividida o apática y manteniendo las rivalidades éticas y morales que fueron irónicamente la raíz de su creación.

*Texto interpretado por el autor, del Decreto 4927 del Congreso del Estado de Jalisco fechado el 23 de diciembre de 1943.


PRIMER PRESIDENTE MUNICiPAL DE EL SALTO: 

Rosendo López Delgadillo

PRINCIPALES PROMOTORES DE LA SEPARACIÓN:

Faustino Rosales, Secretario General

Lucio Alonso, Secretario del Trabajo


TEXTOS DESTACADOS EN EL DECRETO 4927 DEL CONGRESO DE JALISCO EN EL QUE SE OFICIALIZÓ LA CREACIÓN DE EL SALTO COMO MUNICIPIO