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Nefrólogo Víctor Martínez Mejía

La esperanza renace: Celebración del Domingo de Resurrección en comunidades de todo el mundo

Considerado por el cristianismo como el día más importante del año litúrgico. Esta fecha marca el fin de la Semana Santa y simboliza el renacimiento, la esperanza y la victoria sobre la muerte.
La esperanza renace: Celebración del Domingo de Resurrección en comunidades de todo el mundo

Con celebraciones que comenzaron desde la madrugada, millones de personas alrededor del mundo participan en los rituales del Domingo de Resurrección, considerado por el cristianismo como el día más importante del año litúrgico. Esta fecha marca el fin de la Semana Santa y simboliza el renacimiento, la esperanza y la victoria sobre la muerte.

Las misas de vigilia y los servicios religiosos se llevaron a cabo en templos, plazas públicas y espacios al aire libre. En la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, miles de fieles asistieron a la misa principal, en una ceremonia que combinó recogimiento espiritual y manifestaciones de alegría, como el repique de campanas y cantos de celebración.

En América Latina, la conmemoración se vivió con una profunda mezcla de liturgia y cultura popular. En ciudades como Antigua Guatemala y Ayacucho, Perú, las calles se llenaron de procesiones y expresiones artísticas tradicionales. En México, diversas comunidades indígenas integraron elementos propios de sus cosmovisiones a los rituales cristianos, enriqueciendo la celebración con danzas, cantos y ofrendas.

Además de su dimensión religiosa, el Domingo de Resurrección se vive como un momento de encuentro familiar y renovación emocional. En distintas regiones del mundo, se prepararon comidas especiales, se organizaron juegos infantiles como la búsqueda de huevos de Pascua, y se realizaron actividades comunitarias orientadas a fortalecer los lazos sociales.

La jornada marcó también el inicio del Tiempo Pascual, un periodo de cincuenta días destinado a la reflexión sobre la vida nueva y el fortalecimiento de la fe. En este contexto, muchas comunidades impulsaron acciones solidarias, como la entrega de alimentos, recolección de donativos y programas de ayuda mutua.

A través de distintas formas de expresión, el Domingo de Resurrección volvió a representar un momento clave en la vida espiritual y cultural de millones de personas, reafirmando valores de esperanza, renovación y unidad.